Un buen aceite del motor es vital para alargar el buen estado de tu vehículo. Existe una relación directa entre el desempeño y rendimientos según el tipo de lubricante que esté usando ya que se debe elegir el lubricante más adecuado para cada tipo de vehículo según las especificaciones definidas por el fabricante.

Al elegir el producto equivocado o malo ya sea por desconocimiento y/o por ahorro, a largo plazo podemos generar un gasto mayor que lo que nos ahorramos porque una mala lubricación supone un aumento en el consumo de combustible y un desgaste acelerado del motor.

Por lo tanto, elegir un lubricante adecuado es muy importante no solo por las mejoras inmediatas que notarás durante la conducción, sino para alargar la vida de nuestro motor.  La cualidad más importante de un aceite es la viscosidad, es decir, la resistencia que ofrecen las moléculas del aceite cuando fluyen. No debe confundirse con el índice de viscosidad, que indica la variación de la viscosidad en función de la temperatura.

Los buenos aceites deben ser fluidos a bajas temperaturas para adherirse a las superficies metálicas cuando el motor está frío, desde el mismo momento del arranque. Al mismo tiempo, conservar una viscosidad suficiente cuando se calienta para no escurrir con facilidad.

En términos generales se deben tener en cuenta factores como la edad, estado, uso que se le da al vehículo y tipo de motor del automóvil, y las recomendaciones del fabricante.